lunes, 18 de septiembre de 2017

UN DÍA ALECCIONADOR



UN DÍA ALECCIONADOR 

Se acordaba de que ellos eran carne, un soplo que pasa y no vuelve.
Salmo 78-79
La Biblia





         Fue un día caluroso. Pasaba el mediodía y yo seguía en la cama. Descansé bien y me estuve entreteniendo viendo dos que tres chismes por el Facebook, muy cómoda con el aire acondicionado prendido. Me sacó de ese cavilar mi esposo, cuando me dijo que el almuerzo estaba servido: Un delicioso plato de mole poblano, arroz y pollo. Fue una comida bien conversada con mi marido. Me volví a la recámara e hice unas cuantas llamadas a Televisa, al sindicato de actores y a un músico. 
            Tenía como un resabio ligero al ver tanto mensajes privados que recibí, y que por supuesto ignoré, de felicitaciones, invitaciones a comer, propuestas matrimoniales, obscenidades, insultos, descalificaciones y más... me preguntaba cómo puede la gente usar su tiempo en semejantes estupideces. Fue por un vídeo que no me llevó ni diez minutos hacerlo. Traía puesto un leotardo y unas mallas que usé para un casting de un infomercial anunciando un aparato para hacer abdominales. Muy probablemente sí quedé seleccionada. Todo parece indicar que sí. El presupuesto es regular. Y volviendo al vídeo, le dije a mi esposo que sostuviera la cámara y me tomara diciendo unas cosas que aparentemente me hicieron enojar mucho, muchísimo... apenas si vi un vídeo ( que ya no pude encontrar por la renovación de nuevas noticias, chismes, etc ) de una persona que se burla de una mujer gorda, y decía que ésta mujer era un asco, que él era mejor, y hacía chasquidos desagradables al momento que comía y presumía lo saludable que era. En fin, de ahí me nació la idea de "contestarle" a este personaje y le envié el vídeo a una página de noticias de Internet que se llama "la neta noticias". Lo envié con un sello de agua y el señor que no me quiso dar su nombre me dijo,  que me daba 6000 mil pesos por el vídeo y que le autorizara subirlo a su página de "noticias". El dinero llegó a mi cuenta en menos de una hora ya andaba el vídeo circulando por Facebook, mientras que el que yo puse, ( el mismo ) ya llevaba 30 mil reproducciones. ¿ Una hora y 30 mil reproducciones ? Mi esposo arqueó las cejas. Una señora que hace dos semanas me pidió apoyara a su hijo a darle 100 mil reproducciones por su primer vídeoclip, me llevó una semana, una semana de 8 días. Me dio 300 dólares. Y recibí una penalización de parte de Facebook, de no "compartir" ninguna publicación en ningún grupo o comunidad hasta el 29 de Septiembre. Fui acusada de "spam", yo entiendo esto como basura, y la restricción decía así: "A nadie le gusta el spam, por ello, estás penalizada hasta el 29 de Septiembre".
         Con todo y la penalización mi vídeo ha sido compartido 155 veces y ya lleva más de 90 mil reproducciones, en menos de 24 horas. En fin que, todo el Domingo me la pasé estudiando Francés, arreglando mi ropa y haciendo los planes de este Lunes aleccionador. Me relajé viendo una película que me encanta: La joven con el arete de perla; y es sobre el retrato de Johannes Vermeer (1632-1675) y se cree es una historia no tan pegada a la realidad, pero magníficamente interpretada por los actores. Sobre todo la actriz británica Scarlet Johansson. Cuando la película terminó y revisé que la cocina estuviera perfectamente limpia de todo a todo ( es una especie de vicio, me dan nervios si no está todo en orden, estufa, gabinetes, y piso deslumbrante ) no me siento tranquila. Con esa tranquilidad hice un boceto de la "niña del turbante" o "La mona lisa holandesa". Me asomé al Facebook y vi que el vídeo ya casi llegaba al millón de reproducciones, sí, el vídeo absurdo, donde digo sandez y media, con el leotardo negro, presumiendo a que mis 54 años me veo sensacional. Y vi infinidad de peticiones de "amistad" y seguían los insultos a mi persona. Creo que me dormí temprano, y noté que sólo tenía una sola pastilla para dormir. Tengo el hábito. Así que el plan para hoy Lunes, era ir con la más reciente doctora que cobra 40 pesos la consulta y ya, ¿ Sí ? ¡ Pues no !
          Me fui a ese consultorio que fue un oasis entrar en éste, limpio, fresco, el piso brillantemente pulcro y la mujer que atiende me preguntó que si era la primer vez que iba, y le dije que no, que de hecho, tenían hecho un expediente. Descubrí la faramalla. No buscó ningún expediente. Me pesó, me midió y mientras me tomaba los signos vitales yo estaba ya de un humor hecho boñiga. El peso que me había dado la vez anterior tenía una diferencia de 5 kilos más. ¡Se acababa el mundo por amor a Dios! Quería correr, tras que me viera la doctora y me diera la receta de las pastillitas de dormir, y medirme el vestido que es el chismoso; el que me dirá la verdad si estoy arriba de mi talla o mi peso. ¡Qué angustia!
           Era otra doctora quien estaba a cargo. Una joven hermosa con una cabellera tupida de caireles como resortes hecho adrede. Me dijo que no me daría la receta. Que ignoraba el bajo criterio de la otra doctora, que no era ético, que ... ¡ Basta ! No sé por qué no le dije que se fuera a chingar a su madre, así con este vocabulario. Me levanté de mi asiento y le dije: No me parece tan ético, que para que me demuestre que usted tiene mucha ética, demerite el trabajo de su colega, que la esté incluso denostando como médico. En fin que, ya entiendo por qué está usted aquí trabajando por 40 pesos la consulta, ella quizá ya esté en su propio consultorio. Me fui del lugar muy orgullosa de no perder la cabeza y los ojos desorbitados de la joven médico. Era morena y aun así la vi palidecer. Se sostuvo de la mujer que atiende en la entrada y ya no me importó. La clínica donde siempre, sí, siempre me atienden no está lejos. Fue la avaricia lo que me llevó al consultorio barato. Mi médico de siempre cobra 150 pesos. Respiré profundo e intenté calmarme. Sentía calambres en la piernas, como hormigas corriendo por mis espinillas. Nervios. Cada vez se hacía más largo el camino a casa. Cada ves se alejaban más los pendientes, el envío de material a las agencias de casting de actores, de reponer los anuncios del show, de arreglarme un poco ¡ de medirme el vestido que me dirá si de verdad estoy tan gorda ! ¡Cuanto frivolidad!
        Llegué a la clínica y vi el consultorio del médico Nerio cerrado, y aunque la recepcionista me cobró y atendió, supuse que el doctor había ido a comer. Así fue en efecto. Una pequeña espera. De pronto vi al médico Gonzalo, el dueño de la clínica. Hacía años que no lo veía. Un hombre que medró mucho su fortuna no sólo con la clínica, también es dueño de un hotel y un restaurante en Silao Guanajuato. 
             ¡ Estás igualita ! Me dijo el médico Gonzalo, ¡Qué igualita! Que este hombre me conoció tan flaca, y no supo que me hicieron una histerectomía total y subí no sé cuantos kilos, que me alteré tanto que estuve en un psiquiátrico debido al desequilibrio hormonal, y que me fui a USA y que me dio el "homesickness" y que volví a bajar, y bueno... De repente llegó el doctor Nerio a quien apenas pude rozar su mano y le vi una camisa lila, sí, se le veía bien. El doctor Nerio tiene un tipo interesante, no obstante que es de Chiapas, siempre le digo, que si alguna vez requieren actores de tipo libanés o de Oriente Medio le voy a avisar. Sólo se ríe. Y suele decir que por eso no va a Estados Unidos, lo acusaría de terrorista. Sólo dijo, "atiendo esta emergencia y regreso". La emergencia duró más de una hora. El doctor Gonzalo atendió a sus pacientes, yo moría de calor. Me conecté a la Internet y mi vídeo llevaba casi 80 mil reproducciones, el de "la neta noticias" más del millón. Mas de dos mil comentarios, sabrá Dios que dicen, yo no leo esa ¿ basura ? Sí. Basura.
                 Vi a unos jóvenes afligidos, ella, de jeans, delgada, despeinada. Él, parecía el menor, más tranquilo. Eran los hijos de la mujer de emergencia. Regresa el doctor Nerio y me hace pasar. Quería desahogarme con él, que la clínica de 40 pesos, que me sentía orgullosa de no haber sido grosera, que... ¡ Doctor, doctor !  Una enfermera corriendo. Corre el doctor. 
                      La película que pasaban en el televisor de la sala de espera era "Troya". Me encantaron los movimiento ligero de Brad Pitt y me acordé que quiero estudiar "Pole Dance". Tengo 54 años y me siento con muchísima energía. Bailo mucho. Camino mucho. Leo mucho. Escribo algo, quizá mucho y quizá malo. Pero esa distracción duró poco cuando vi que el reloj daba las 5 y media de la tarde. Y me regresó el trauma y me regresó la ansiedad del peso, la masa corporal, la grasa, y todo. Me acerqué a los muchachos afligidos, y aunque ya el doctor Nerio a prisa alcanzó a decirme: "Va a morir, es una mujer joven, como usted, pero ella va a morir. Lo malo es que difícilmente me equivoco", yo les pregunté qué había sucedido, a fin de infundirles algún tipo de ánimo. También se cuchicheaba en los pasillos que había sido dada de alta en el IMSS, y que creían que era algo en el hígado, pero Nerio presumía que era el páncreas, y ya que estaba casi en coma. Los muchachos contaban y recontaban los billetes de 500 pesos una otra vez, como si al barajarlos, un polvo mágico de fe les convertía a más. En la desesperación de ver a su madre muy grave, pidieron un taxi y la metieron a la primer clínica que vieron. 
        "Va a morir, es una mujer joven, como usted, pero ella va a morir. Lo malo es que difícilmente me equivoco" Me acordé de lo que dijo Nerio y se me saló el paladar. No me atreví a decirles que mejor guardaran el dinero para los gastos funerarios; parecía que era por demás gastar en estudios. Yo no tenía ningún derecho de asesinarles la fe. Además, siempre dicen que la esperanza es lo último que muere, pero recién leí que la esperanza ni muere nunca. Nos morimos nosotros. La esperanza no. En la Iglesia católica, en las misas de difuntos, los sacerdotes suelen decir: "acuérdate de tu hijo, que se durmió con la esperanza de la resurreción... " y luego me queda claro que los muertos se van muy esperanzados. Me imaginé alguna escena en donde yo sería como la joven y pensé en la luces, las cámaras y me fue fácil llorar, como el estúpido vídeo que hice antes de salir de casa, donde "lloré porque se terminó la serie de Lupita D'Alessio". Dentro de mis disciplinas como artistas, así como practico las canciones, practico el llanto, que es el que más se me complica. Las emociones salen, el llanto, cada vez es más fácil. ¿ Llorar por la serie Lupita D'Alessio ? Bueno, las lágrimas salieron. Apenas me cabe en la cabeza, cómo 2 mil personas puedan ver un vídeo tan estúpido de mi práctica del llanto, apenas si lo entiendo, viviendo lo que estaba viviendo. De pronto, otra vez las correndillas, los susurros ya no lo eran tanto. La tensión se podía tocar. Algo abrumador hacía sudar las paredes. Ahí no cobran 40 pesos, pero no hay aire acondicionado. Abrieron una puerta que da hacia el estacionamiento y un aire esperanzador nos dio un alivio a todos, eso creo. Vi salir a un médico y luego a una enfermera. Sólo hizo un además llamando a los jóvenes. Vi al doctor Gonzalo y le rogué que me diera la receta de las pastillitas de dormir. Y me pasó a su consultorio. "Ya murió" dijo. Como si nada. Ya murió. Sacó su recetario y me preguntó el nombre del medicamento y no se inmutó al ver mis gruesas lágrimas al tiempo que le decía yo: "tenía 54 años como yo doctor". 
          ¿ 54 años le pongo a la receta ? Sí. Le dije. Y lo vi tan humano, tan normal, tan como la gente en la calle, a sabiendas que van a morir algún día, pero a la vez tan desenfadados. Me extendió la receta y vi pasar a Nerio bañado en sudor. Le hablé de mi miedo y me dijo que luego; que en verdad estaba muy ocupado. Estaban buscando la bolsa de plástico para meter el ¡cadáver! 
                Ya para qué escribo sobre el acerbo de mi camino a la farmacia, justo pegada al consultorio de 40 pesos. Tenía pavor cruzar las calles. Y pensé en el nulo acervo de la gente que se pone a ver vídeos tan estúpidos como el mío, como el del tipo que habló de la gorda, como el de los que envían mensajes privados, con cadenas de bendiciones, y todo lo nuevo que hube recibido por el vídeo estúpido. Y ya eran las ocho de la noche cuando apenas comí. Tuve que hacerlo y de muy buen talante. Y me di mi tiempo y saboreé cada bocado. Sí me medí el vestido "chismoso" y me queda perfecto. Y me puse escribir sobre este día Lunes tan aleccionador. Brincándome la idea, como un chillido de marrano en el rastro, cómo puede la gente usar su tiempo escudriñando entre la basura. Interrumpí mi escritura cuando el encargado de la limpieza gritó "¡la basura!". Ese escuálido joven que a todos nos hace correr, y que nos tiene del cogote si no se le paga lo que pide, si no se le dan su vacaciones... ¡lo necesitamos tanto! Nadie quiere la basura, aunque todos la generamos. ¿ Nadie quiere la basura ? Hay muchos tipos de basura: orgánica, inorgánica, tóxica, visual, auditiva, etc. 
         Más de un millón de reproducciones de un vídeo estúpido que para mí es basura, más de 70 peticiones de mensajes personales que he rechazado, no me interesan esas opiniones de gente que escribe "cajón" con "G". Pero eso sí, Facebook me ha penalizado diciendo:
"A nadie le gusta el spam, por ello, estás penalizada hasta el 29 de Septiembre".
        Concluyendo, ¡ A vivir ! Haciendo lo que uno más ame hacer. Si te gusta vivir de la basura, es un muy buen negocio.
 ¿A nadie le gusta el spam ? ¿ A nadie le gusta la basura ? 
   A VIVIR MI GENTE, A VIVIR.