sábado, 20 de agosto de 2022

Mi gratitud

 Gracias colegas por todo el apoyo brindado. Espero con ansias sus libros, novelas, poemas, relatos y todos esos universos que son capaces de crear. Les dejo un fragmento de uno de los cuentos de FUE EN UN CABARET.

FUE EN UN CABARET. Disponible en Amazon. (Fragmento del cuento: "DESAPARECIÓ, MÁGICAMENTE")



Anselmo tenía el talante hecho trizas porque en el cabaret no iban a trabajar, y todo por las malditas fiestas. Las odiaba, y esto se debía a que solo en esas festividades se percataba de su soledad, de su falta de afecto y de su miserable condición. No entendía por qué sus compañeras pedían vacaciones para estar con la familia, se preguntó cómo hacían para tener una: él nunca pudo tener ninguna. Resolvió el asunto de la falta de dinero llevando al empeño una esclava de oro que tenía bajo la pata del ropero, y que guardaba por si se presentaba una eventualidad como esa. Pignoró la prenda y vendió la boleta de empeño también. Compró cosas de comer y extrañamente solo adquirió una anforita de vidrio que contenía doscientos cincuenta mililitros de brandy. Aunque estaba demasiado ansioso por volver al trabajo, se mantuvo sobrio a duras penas; tomaba pequeños sorbos de licor cuando lo increpaba el temblor y las alucinaciones convertían los recuerdos de las pestañas postizas de las artistas del cabaret en piojos gigantescos que se comían los ojos de esas mujeres, de cuyas cuencas brotaban litros y litros de los vinos más variados. Anselmo se cubría las orejas con las manos porque unas carcajadas cacofónicas le taladraban el cerebro y lograba controlarse tras mucho llorar, gritar y sudar. No sabía por qué no compraba una botella grande de alcohol y se perdía en su laberinto etílico que lo libraba de su realidad espeluznante, y no es que quisiera dejar de beber, eso nunca, pero el haberse visto en el hospital como se había visto recientemente, le dejó un retintín que le martillaba de modo continuo una inquietud inexplicable en alguna esquina del alma. Se sintió muy desolado la Nochevieja, escuchó los petardos y los gritos de algarabía de la gente que era feliz...