miércoles, 28 de abril de 2021

¿NO QUE NO, CABRONA?

 




    Hace muchos años en un poblado de Veracruz llegaron a vivir 3 hermanas, aunque eran de edad avanzada, extrañamente las mujeres se conservaban con una apariencia jovial: todo el tiempo vestían de negro y siempre andaban muy maquilladas y pintadas la boca con colores muy chillantes, contrastando con sus dentaduras que estaban llenas de dientes quebrados y amarillentos. Se dedicaban a vender ropa y calzado en los tianguis. Eran de hábitos discretos, y muy calladas se les podía ver caminando por las noches y dirigirse a algún cerro de las cercanías. Otras veces comprando yerbas y extraños objetos, más nunca cerca de alguna iglesia.
     Una tarde al vender un vestido a una mujer que tenía fama de ser muy agresiva y problemática, se suscitó un incidente; pues la mujer reclamaba la devolución de su dinero argumentando que el vestido estaba manchado, cuando en realidad a la mujer se le había manchado por accidente cuando se le cayó en un charco de lodo.
Cuando los alegatos subieron de tono la mujer las ofendió diciéndoles muchas maldiciones amenazándolas incluso, asestó una cachetada a una de ellas. Todo parecía que iba a terminar en un zafarrancho entre mujeres pero la mayor de las hermanas intervino calmando a sus hermanas y diciéndole a la mujer:
-No queremos problemas con usted ni con nadie. No le devolveré el dinero pero a cambio le daré un vestido de estos... Sacando un viejo veliz lo abrió y le mostró tres vestidos de mucha mejor calidad que el que se había estropeado. La mujer de manera arrogante tomó uno floreado, el más bonito,  y se fue alardeando y diciendo una frase en voz baja..
¿No que no, cabronas?


Pasaron los días y la mujer problemática comenzó a enfermarse perdiendo mucho peso; sus uñas empezaron a caerse una a una igual que sus dientes. Por las noches despertaba gritando y golpeándose sola contra la paredes dejándolas algunas veces manchadas y escurriendo de sangre. Sus familiares la llevaron a la capital a hacerle estudios médicos pero siempre salía todo en orden, descartando enfermedades.  Su salud comenzó a agravarse cuando, por las noches, salía y se revolcaba con los puercos que tenían en un corral, hasta que una mañana amaneció sin vida con una horrible mueca de terror dibujada en su rostro.
Pasaron los años y las tres mujeres se mudaron a otro pueblo quedando abandonada la casa que habitaban.
Una mañana unos jóvenes entraron a husmear aquella casa, encontraron varios objetos extraños; entre esos objetos sobresalía una muñeca hecha con la misma tela del vestido floreado que una tarde le entregaron a la mujer que las ofendió. Los jóvenes la desenvolvieron de una patada y al caer la tela al piso una frase escrita con sangre se dejó ver. La frase decía:
¿No que no, cabrona?